Siguiendo los coletazos de la venta de sus división de teléfonos, Nokia anunció en la mañana del jueves que también deja su sede central, un impresionante palacio de cristal que se erige en la bahía de Kielaniemi, en Espoo, a las afueras de Helsinki.
El traspaso de la división de móviles a Microsoft, conlleva que unos 32.000 empleados pasen a depender de la empresa de Redmond , 4.700 de ellos en Finlandia. Otros 6.000 empleados seguirán al servicio de la que fuera otrora líder de la telefonía móvil. Las oficinas centrales de la nueva Nokia estarán diseminadas en la cercanías de la antigua Universidad Tecnológica en Espoo.
Hace un año, Nokia vendió se sede central a la promotora finlandesa Exilion-Capital por un valor estimado en 179 millones de euros y desde entonces vivía en alquiler.
El valor de la acción de Nokia en la bolsa de Helsinki se paga a 5,93 euros ligeramente por debajo del valor registrado el martes, día en que la junta extraordinaria de accionista aprobó la venta.